viernes, 20 de abril de 2012

RETRATOS. EXPOSICIÓN DE MAITE ORTIZ


JOHN MALKOVICH







MORGAN FREEMAN








ALBERT EINSTEIN











MARLON BRANDO









TIERNO GALVAN











MARCELINO CAMACHO











PIO BAROJA




Maite Ortiz nos ofrece una maravillosa exposición de retratos en la sala de exposiciones de ECCA, Estará hasta el 27 de Abril. Dirección: calle Lanuza 21, Madrid, de lunes a jueves desde las 17horas hasta las 21.

Para mí, el retrato es una de las facetas más difíciles de la pintura figurativa, podríamos decir que es un auténtico desafío.
Cuando observamos un retrato, bien sea de los de hace miles de años o los actuales de Maite Ortiz, nos estamos enfrentando a alguien que nos suele mirar fijamente, tratando de llamar nuestra atención para que los miremos y veamos. Podemos apreciar la parte exterior, la parte física de la pintura pero, a la misma vez, el autor nos está transmitiendo el interior del personaje.
Nosotros pintamos o esculpimos su exterioridad, pero arañamos, acariciamos, golpeamos la tela, la madera o el muro buscando su interior, su drama o su  grandeza
Cuando el artista afronta la realización de un retrato, trata de aportar la  necesidad de identificación y de permanencia. El ojo observa, ordena al cerebro que mueva la mano para que poco a poco vaya haciéndose realidad el criterio, la certeza, los rasgos que el artista está sintiendo en su interior. Se llega a la obra final gracias al análisis, a la deducción muchas veces, para que la mezcla de lo falso y lo verdadero ofrezca el valor añadido que el artista pretende en su cuadro.
Maite, al utilizar como referencia para su trabajo la fotografía, se encuentra con una dificultad añadida, la luz y las sombras no están tan detalladas como son en realidad, por eso está realizando continuamente un trabajo de deducción difícil, pero logra con tremenda elegancia ese equilibrio entre lo que la fotografía le muestra y como ella siente lo que no se ve. No vemos el aire en los cuadros de Maite, pero lo sentimos, sentimos el espacio, la luz, las sombras, incluso la vibración de la piel. Maite al no tener a su modelo delante, se enfrasca en su silencio, se llena en su soledad observando hasta el más mínimo detalle, la  continua lucha por dar a su obra su criterio y su gran sensibilidad.
Cuando he visto la exposición de Maite, conociendo ya otros retratos, me he quedado, una vez más, impresionado, no solamente por el exacto parecido que tienen cada uno de sus personajes, es su forma de plasmar en el soporte lo que quiere transmitir, elegancia, vida, energía. Esos fondos que está trabajando últimamente le dan una sensación espacial que parece como si los personajes quisieran salirse del cuadro para acompañarnos en la visita de tan maravillosa exposición.
Os invito que paséis por Madrid en la Calle Lanuza nº. 21 de 17h a 21 de lunes a jueves para disfrutar de algo sensacional y emocionante.